Lados

Magazine dedicado a la difusión de todo tipo de contenidos culturales; música, moda, arte y cine entendiendo cada una de estas disciplinas como una representación de las diferentes vías de expresión de la capacidad interior de múltiples personalidades

Disclosure

Torbellino ¿Anti-mainstream?

En el meollo del deep y garage house internacional, están ahora mismo estos jovenzuelos británicos, que comparten apellido y genética. Son Guy y Howard Lawrence, hermanos y prácticamente dos adolescentes con un don innato para crear buena música, y conseguir excelentes colaboradores.

 

 

Sus trabajos anteriores sentaron cátedra en las discotecas de la City y de ahí saltaron directamente a teloneros de SBTRKT. Han trabajado con Sam Smith y con Aluna Francis, del dúo AlunaGeorge, izando la bandera del primer puesto en las listas de Reino Unido. Su primer LP se llama “Settle”, de corte minimalista y bailable a partes iguales, y proyectado por el sello PMR Records. En él, los hermanos reviven lo más legendario de una década que casi ni vivieron, y se unen a la moda de recontextualizar los subgéneros del dance (disco, dubstep, house...), enderezando ese sonido hacia el pop de tendencia. Aquí llega el mejor disco de baile del año, engendrado por dos chavales prodigio, de 21 y 18 años. 

 

A pesar de su juventud, no ignoran cómo funciona el panorama musical. Llevan tres años en escena, y su sonido cada vez es más sofisticado y brillante. El fantástico remix del “Running” de Jessie Ware tuvo mucho que ver en que recorrieran un dilatado camino en un breve lapso de tiempo. Mientras algunos celebran, por fin, el irrefutable triunfo de una electrónica alternativa y distinguida, Howard, el hermano mayor (y el que mejor lleva la necesaria paciencia promocional para contestar entrevistas), descarta que su origen sea la escena underground: "El error es pensar eso. Para nada. Nosotros siempre hemos escrito canciones pop. El rollo que nos gustaba era Joy Orbison y Floating Points y Four Tet, y adoramos esos estilos, aún lo hacemos, pero nunca hemos formado parte en realidad de esa escena. Ellos nunca han aceptado lo que estamos haciendo, y entiendo perfectamente el porqué: hacemos algo mucho más pop. De todos modos, si hay gran parte de música underground que no triunfa es porque carece de melodía. Nosotros intentamos crear nuevos sonidos, cantar...y espero que si nuestra electrónica tiene éxito comercial es porque el público se está dando cuenta de que coger una misma canción e ir lanzándola con diferentes nombres, que es lo que ha triunfado hasta ahora, no es hacer música", afirma, en clara alusión a los hits de base machacona de David Guetta y demás estrellas del mainstream.

 

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Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Cuánto de anticomercial y cuánto de mercantil tienen estos chicos? En realidad, nadie les puede culpar por querer aferrarse a lo bueno de ambos mundos. “Settle” ( PMR Records 2013) es un álbum largo, con gran capacidad de estimulación: desde la acompasada y pegadiza “When A Fire Starts To Burn” hasta el cierre laxante de “Help Me Lose My Mind”. Una secuencia compleja, llena de matices y voces cómplices, pero con significado completo. Por eso, difícil de describir: "Lo que hacemos es dance, nada de garage futurista, ni esos términos tan raros. Son sonidos que se estructuran en el pop, como una mezcla de estribillos con letras y partes instrumentales de música de baile, e influidas por el garage y el house de los noventa. Eso es todo, no voy a ponerle ningún nombre, porque todas las palabras que se le ocurren a la gente son pésimas. Cuando digo que hacemos pop, no me refiero sólo a lo que es popular y está en las listas de ventas, sino a la música que nos influyó al crecer. Quizá mi hermano menos, pero yo crecí escuchando el soul y el funk de los 70 y 80, y me atraen esas bases. Es sorprendente lo difícil que es encontrar a un músico de dance que escriba letras. Pueden hacer bases y crear canciones increíbles, pero no tienen ni remota idea de escribir una canción".

Ellos sí lo hacen. Letras enmarcadas en un disco juguetón y con mucho vigor. De ahí que, a veces, haya reminiscencias al Remedy de Basement Jaxx, con el que comparten el estilo impetuoso e hiperactivo. El escepticismo de algunos camaradas es, hasta cierto punto, comprensible: la cultura dance de Reino Unido siempre se ha enorgullecido de ir un paso por delante, pero obsesionada con repetir esquema. Disclosure irrumpe como un torbellino, intimidando con su sonido fresco e ignorando cualquier sarcasmo sobre si reviven inútilmente un sonido que jamás experimentaron: "Tal vez un error de muchos músicos de electrónica, en nuestra opinión, sea caer en ciclos repetitivos de trance o dubstep. Te encuentras con álbumes que se tiran quince minutos con la misma melodía. No sé, nosotros sólo queríamos unas cuantas canciones bonitas y dinámicas, por eso buscamos varios colaboradores para producir. Cada canción tiene parte de sonido de ellos, pero también hemos intentado mantener una pauta común en la producción: la nuestra propia, y mi voz. Guy siempre intenta hacer una canción de house increíble y super profunda, y luego llego yo, canto y la echo a perder. Pero parece que a la gente le gusta", bromea.

 

Si quieres ver la representación gráfica de cómo rompen moldes, no tienes más que escribir en Youtube “When A Fire Starts To Burn”.  Ese videoclip te gustará, o quizá no, pero no te dejará indiferente. Asocia ese fuego que quema al clímax religioso, en una Iglesia en la que todos, fieles y sacerdote, alcanzan el pleno apogeo al ritmo de deep house. Disclosure, sin duda, ya cuentan con el fervor de muchos creyentes de toda índole: desde los murciélagos de los clubes nocturnos hasta los jaraneros que van de festival en festival. Ellos, encantados con tremenda fama: "Somos muy muy felices. Ni siquiera nos asusta este éxito que la gente nos dice que tenemos. Sólo hacemos música, viajamos a sitios alucinantes, conocemos a gente muy guay, tenemos fiestas todos los días a cambio de nada...¡Sí! Lo único que tenemos que hacer es mantener los pies sobre la tierra, que es bastante fácil para nosotros. Por eso el álbum se llama “Settle” ... “Settle Down” (Calmarse). Se trata sólo de hacer música", afirman.

 

Calmados, sí, pero poco a poco convirtiéndose en la promesa más excitante del panorama eléctrico, y los que le van a dar al F5 de la cultura dance. Hace sólo un año, los hermanos Lawrence eran un par de productores inexpertos pero, en menos tiempo del que tarda Rajoy en rehuir una pregunta sobre Bárcenas, han trepado a la cumbre del pop británico. Howard nos cuenta cómo crecieron en su casita del sur de Inglaterra, medrando entre influencias musicales: "Este es el primer proyecto musical que abordamos los dos juntos. Nosotros crecimos tocando instrumentos: la batería, la guitarra...Lo que hemos aprendido después es cómo producir, cómo convertirse en un “productor” como tal de música electrónica, cómo convertirse en un grupo. Cuando era pequeño, yo no podía parar ni un segundo de tocar la batería. Y escuchaba de todo: desde cantautores hasta, ya en la adolescencia, dubstep y house. Y así aprendimos cómo narices se hace la música electrónica".

 

 Tuvimos que esperarlos durante un rato para esta entrevista porque, según su manager, “se estaban peinando”. Todo sea por dar a conocer a estos muchachos avispados, y por abrir la veda para que otros productores de la escena underground alcancen también el éxito. Nunca desde la explosión Big Beat de los 90, cuando Fatboy Slim y los Chemical Brothers se sentaron en el trono con sus bases furibundas, habíamos vivido tal bombazo en el dance británico.

 

Texto Lara Fernandez
27-03-2014
Música, Entrevistas