Mark Lanegan
Mark Lanegan puede que sea un tipo malencarado, pero a trabajador pocos músicos le ganan. Este 2013 ha sacado al mercado dos nuevos trabajos. Uno de ellos, « Imitations » se trata de un disco de versiones de los clásicos que escuchaba durante su infancia y que se ha pegado el gustazo de reinterpretar. El otro, « Black Pudding », un trabajo de aires western y casi tan denso visceral como su propio título, ha sido grabado junto con el multinstrumentista británico Duke Garwood en un acto de sana camaradería musical.
Es con este « mega-mix »con el que Mark Lanegan aterrizó en el auditorio del Centro Niemeyer el pasado 24 de noviembre acompañado de un puñado de excelentes músicos.
El primero en aparecer en escena fue Lyeen, que luego se colgaría el bajo junto a Lanegan y el resto de la banda. Este hombre de octavas cercanas a Buckley, nos presentó un miniset de intensos tintes folk que apenas llegó a los veinte minutos. Después llegó el turno del gran Duke Garwood y el británico nos envolvió con su mágica guitarra de caja ancha y su canto "velvetiano", convirtiéndose en un bálsamico preámbulo de lo que vendría después.
Entonces Lanegan apareció en escena con paso desgarbado y se ancló al pie de micro. No estaba solo esa noche. Un maravilloso set de cuerda (violín y violenchelo) de esos que ponen la piel de gallina, ornamentó los clásicos de « Imitations » de manera exquisita y se atrevió admirablemente con las maracas y la pandereta en las canciones de « Black Pudding ». Duke puso la nota sombría con su clarinete allí entre la penumbra y Jeff Fielder hizo gala de sus grandes dosis de talento y elegancia a la guitarra. Ni rastro de batería.
Sonaron bonitas versiones como « Satellite of Love » de Lou Reed, la mítica « Mack the knife » (con la voz de Lanegan simplemente acompañada por la deliciosa guitarra de Jeff) o « You only live twice » de Nancy Sinatra. También hubo hueco para adaptar hábilmente al directo temas como « Mescallito », « War memorial » o « Driver» pertenecientes a « Black Pudding » .Para cerrar, Mark y Jeff volvieron a quedarse solos sobre las tablas para revisitar un tema de los Screaming Trees, « Halo of Ashes », donde Jeff derrochó ecos del mejor sonido Led Zeppelin. Mark en su línea, sin sorpresas. Bueno, miento, presentó a la banda, dió las gracias al público un par de veces y salió a firmar discos tras el show.